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¿Cómo es una piel seca o deshidratada?

La piel deshidratada es aquella que pierde agua de forma excesiva. La piel seca tiene menor cantidad de lípidos y, debido a esto, también pierden agua.

Cuando la piel está deshidratada, la epidermis y sobre todo la capa córnea sufren la falta de agua. Suele ser algo temporal, y puede afectar a todos los tipos de piel. La piel se vuelve tirante y rugosa y también puede descamarse. 

¿Cuáles son las causas?

El nivel de humedad, las temperaturas extremas (tanto altas como bajas), el viento, el sol y la radiación UV, son responsables de la deshidratación de la piel.

También el contacto prolongado o repetido con agua debido a una higiene excesiva puede conducir, a largo plazo, a la deshidratación de la piel.

El uso de jabones no adaptados a las condiciones fisiológicas de la piel o elementos abrasivos, como la piedra pómez o los guantes de crin, pueden ser también una causa. Algunos medicamentos (retinoides, corticoesteroides) y los brotes de ezcema, que se producen al trabajar en algunas profesiones, como en peluquería o en la construcción, también producen sequedad en la piel. Además, el envejecimiento hormonal reduce los componentes hidrolipídicos que forman la barrera protectora de la piel.

¿Cómo se manifiesta la pérdida de hidratación?

– Falta de suavidad y elasticidad. 

– Apagada y sin luminosidad.

– Falta de confort. Aparecen “arrugas de deshidratación” (pómulos y contorno de ojos).